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EMPRENDIMIENTO CULTURAL Y POLÍTICAS PÚBLICAS
Milton Achicanoy
Sebastian Meneses

Genera de entrada un contraste entre la educación tradicional en las disciplinas artísticas y los conceptos que están activos conceptual y productivamente.
Las prácticas que acontecen en la cotidianidad, pero que han sido menospreciadas por la academia, son un tema que nos preocupa a todos los artistas, pues en la práctica son éstas actividades culturales las que generan productos y servicios.


Aplicar este conocimiento del saber hacer unido a la producción, se convierte en un saber práctico que se ubica en un contexto socio cultural preciso, pues se encarga de dos ejes esenciales en la práctica común; producción y gestión.
Las disciplinas artísticas deben adecuarse a la lógica de la economía y el mercado, en la generación consciente de utilidad, pensarlas disciplinas como “útiles” generan otra oportunidad de discurso.
Las disciplinas para que puedan trabajar de la mano en servicio de las comunidades debe pensarse en relación de lo económico con el ámbito de formación.


En el trabajo tradicional de las prácticas artísticas, se ha privilegiado a las artes de formación académica sobre la articulación real en el contexto productivo, generando un sinsabor para los egresados, pues el espacio en el que han sido formados es diferente al ámbito laboral, fuera de la institución, esto debido a la desarticulación de la producción y el ejercicio de las artes.
Esto ha llevado a que el oficio de ser artista sea menospreciado y estigmatizado por no tener incidencia en el desarrollo económico del país.
Cuando los discursos de los modelos económico se centran en satisfacer al cliente, arrojan que el producto interno bruto (PBI) tiene un apoyo significativo desde las industrias creativas, sin olvidar que la cultura es el cuarto pilar para el desarrollo sostenible y que aporta en términos de competitividad, innovación y productividad con sentido social.
La industria del entretenimiento se ha fortalecido por generar productos estéticos de consumo, alejándose de los cánones académicos, pero compitiendo en el terreno cultural con la gran estética del arte.
Las industrias creativas y culturales están inmersas en todos los procesos cotidianos, la sociedad se refleja en éstos procesos.
La apuesta de nuestra escuela es entretejer éstas posturas apostándole a la calidad estética y la eficiencia productiva, realzando la figura del artista, satisfacer las necesidades de la comunidad a través de la formación de públicos, desarrollar proyectos integradores para posicionar un hacer artístico como aporte para el desarrollo económico sostenible desde la producción y la gestión cultural.
EL EMPRENDIMIENTO CULTURAL, PILAR DEL DESARROLLO

Teniendo en cuenta que; “economía de la cultura es el conjunto de actividades basadas en el conocimiento que actúan de forma transversal con toda la economía con un alto potencial para generar ingresos, empleo e inclusión social, diversidad cultural y desarrollo humano. En el centro de la economía está en las industrias creativas”
Dentro de las Industrias culturales y creativas podemos encontrar; artes visuales, artes escénicas, audiovisual, patrimonio cultural y conocimiento tradicional, servicios creativos, media interactiva, diseño, literatura y publicaciones.
Las industrias creativas no necesitan tanto capital para iniciar, pueden autofinanciar sus primeros proyectos, pero si desean crecer si necesitan financiarse, su creatividad es su gran capital.
Creación – Producción/manufactura – Distribución/comercialización – Exhibición – Consumo/participación/apropiación/valoración. Éste sería el circulo de la creación cultural.
Los procesos de economía cultural pueden incidir en el producto interno bruto del país, generar empleo, sobretodo en un país como el nuestro tan diverso.
POLÍTICAS PÚBLICAS

El emprendimiento cultural empieza con la formación del saber en la disciplina artística seleccionada, cuando ya se tenga un producto o servicio buscar financiación y articular ese esfuerzo con otras entidades o personajes que manejen una producción o servicio similar al propio, pensar en la circulación del producto o servicio y que el acceso a él sea fácil para toda la comunidad, es necesario para emprender nuevos retos artísticos, la investigación y el conocimiento antes genera el producto o
 servicio cultural.




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